“En el camino puedes encontrarte muchas piedras. Ayudo a pulir esas piedras para que el camino duela menos.”
¿A quién no le gustaba de pequeño ir a la playa? A mi me encantaba nadar, jugar con la arena, buscar piedras… Nunca me estaba quieto. En cambio, mi padre se ponía en medio del mar boca arriba con los ojos cerrados y se dejaba arrastrar por las olas. Mis ojos de niño perplejo no veían una lógica en eso.
Mi padre nunca llegó a contarme por qué hacía eso. Cuando yo tenía 13 años, lamentablemente él dejó este mundo. Durante varios años estuve volviendo a la misma playa y me adentraba en el mar, lejos, buscando la respuesta de qué es lo que sentía mi padre. Un día me encontré boca arriba, con los ojos cerrados, y con lagrimas recorriendo mis mejillas, lo entendí todo. Encontré la paz interior, abandonando cualquier expectativa y deseo terrenal, me dejé ir y por unos instantes me fusioné con el mar, sin saber diferenciar el límite de dónde empezaba yo y dónde acababa el mar.
Desde ese momento empezé a buscar otras formas de sentir esa paz interior. Ahora, como psicólogo, intento transmitir a más personas un pedazito de la sensación que yo y mi padre encontramos en el mar. Pero mi historia no acaba aquí, hubo un momento que me marcó incluso más.
Hace tiempo decidí ir a un psicólogo de mi zona. No me avergüenza decir que pedí ayuda, porque sé que decirlo puede ayudar a que otras personas den el paso.
Fui por ansiedad. Tenía mucha. Sentía presión en el pecho pensando en ir al trabajo los lunes, no disfrutaba como antes las cenas con familia y amigos. Cada vez que aparecía en mi cabeza la palabra ansiedad, esta se hacía más grande y daba más miedo.
Había algo incluso peor. Yo necesitaba poner remedio al caos que tenía en mi presente, pero mi psicólogo sólo quería hablar del pasado. Me sentía como si remara con una mano dando vueltas en medio de la deriva. Deje de ir al psicólogo y con mucho tiempo y esfuerzo encontré la fórmula para eliminar la ansiedad.
Tras eso me especializé en psicología para la ansiedad y decidí hacerme psicólogo online. Porque NO todos los psicólogos de barrio tienen la respuesta a tu problema, y a veces puede que sólo la tenga un psicólogo que está a 2 horas en coche de tu casa.
Qué hago | Qué NO hago |
Guiarte cuando sientas que remas en círculos. | Quedarme callado tomando notas como si fueras un extraño especimen. |
Pasarme de claro y directo antes que quedarme corto. | Andarme con rodeos o endulzar la realidad. |
Escuchar más que hablar. | Imponerte mi opinión propia. Debes actuar acorde tus valores, y respetaré cualquier decisión que tomes. |
Respetarte, sin juzgarte por quién eres o lo que te ha sucedido. | Restarle importancia a cosas que son importantes para ti. |
Empoderarte para que consigas los cambios por tu cuenta. | Dar sesiones cuando no son necesarias. No soy tan creativo como para inventarme temas de conversación que no llevan a ningún lugar. |
No hace falta que me creas a mí,
Puedes creer a las personas que he ayudado hasta ahora.
(Estos comentarios son visibles públicamente en mi cuenta de google maps)
Seré directo: No deberías hacer terapia online si no eres capaz de emocionarte a través de una pantalla.
¿Quieres una prueba para descubrir si eres capaz o no?
Haz memoria. Cuando has hablado con algún familiar o amigo por videollamada, ¿has notado su calidez en la conversación? Incluso leyendo esta página web, ¿Ha habido momentos en los que te has visto reflejado o comprendido? ¿Has sentido tristeza? ¿alegría? ¿alguna emoción? Si es así, estás de enhorabuena, porque la terapia online puede funcionarte.
La terapia online funciona porque a través de una pantalla se pueden crear vínculos muy fuertes. Todo será más fácil si puedes llorar, reír y emocionarte mientras te acompaño al otro lado de la pantalla. Eso sí, no podré ofrecerte pañuelos.
Consulta todos los problemas con los que te puedo ayudar. Verás algunos síntomas que puedes estar teniendo, además de mi propuesta de tratamiento.
Descubrirás técnicas con las que impedirás caer en un bucle de pensamientos.
Realizo meditaciones con mi propia voz en las que podrás relajarte y conciliar el sueño más fácilmente y además aprender a regular la ansiedad sin que te sobrepase.
¿Hay una persona que no quitas de la cabeza? ¿Te ha hecho daño? ¿Te ha querido mucho pero ya no está en tu vida? Con esta técnica podrás expresar todo lo que no has podido decirle a esta persona y recordarla sin que las emociones te desborden. (Inlcuye una segunda parte secreta que sólo te contaré cuando hayas empezado este ejercicio).
Sí, suena raro, pero créeme que funciona. Con un dibujo de un huevo frito te muestro cómo puedes vivir sin que te afecten tanto los comentarios de los demás y poner límites saludables en tus relaciones.
Es que estas son sólo algunas de las técnicas que utilizo. Si la primera no funciona, seguriemos adelante hasta encontrar la técnica que más te ayude.
Cuando hayamos acordado la hora, te enviaré un enlace a la videollamada (Google Meet) y resolveré tus dudas.
Me presentaré y haremos un listado de objetivos que generen cambios positivos en tu vida.
Al final de las sesiones te propondré pautas sencillas que puedas hacer en casa para que tu progreso no se estanque. Repasaremos nuestros objetivos y si es necesario, los adaptaremos a los cambios de tu vida.
Una vez logrados tus objetivos, te propondré hacer 4 sesiones finales distribuidas en 1 año, en las que podrás asegurarte de prevenir futuros malestares y disfrutar de un bienestar duradero.
La mayoría de personas me dicen que se sienten algo mejor desde las primeras sesiones. Aún así, hay personas que necesitan más tiempo para ver resultados.
No te puedo garantizar un número exacto de sesiones, ya que dependerá de cómo evolucione tu situación personal. En la mayoría de casos, la terapia suele durar entre 15 y 20 sesiones (contando las 4 visitas de seguimiento). Aún así, puede ser que necesites más de 20 sesiones para lograr todos tus objetivos.
Todas las cosas que hagas serán serán bajo tu elección, pudiendo rechazar cualquier ejercicio que te proponga si crees que no te sentirás a gusto. Algunos ejemplos son: ejercicios para afrontar miedos (siempre con supervisión y de forma gradual), técnicas de relajación, ejercicios de imaginación guiada, etc.
Si te preguntara si has cambiado en los 10 últimos años, ¿qué me dirías? Seguramente la respuesta sería sí, aunque sea poco. El objetivo de la terapia es generar cambios positivos, siempre manteniendo la esencia de cada persona. Sólo trataremos de cambiar las cosas que consideres que deberían cambiar.
Los psicólogos no estamos autorizados para recetar medicación. Sólo te recomendaré un profesional de la psiquiatría o médico en caso de que tengas síntomas persistentes que dificulten mucho el progreso de la psicoterapia. La decisión de acudir a dicho profesional siempre será tuya.
Siempre y que avises con más de 24 horas de antelación, puedes cancelar o mover la fecha de visita. En caso de no cumplir la antelación, deberás pagar la sesión a la que no te has presentado si quieres reservar una nueva visita.
Te enviaré un recordatorio por whatsapp el día antes y el mismo día para que no te olvides de nuestra sesión. Si avisas de que llegarás tarde, te esperaré para que hagas el tiempo restante de la sesión.
Tu tiempo vale oro.
Pero el mío también, así que tendrás que pagar el precio de la hora completa, aunque la sesión dure menos.
Tendrás que pagar el precio total de la sesión. No trabajo gratis, aunque sean 15 minutos.
Si llegas más de 20 minutos tarde sin avisar, constará como visita realizada y deberás pagar el importe total de la sesión para poder reservar una nueva visita.
David Brossa 2024 ©
