¿Se puede viajar con agorafobia?
David Brossa
- Contenido actualizado en
Sí, se puede viajar con agorafobia, pero vamos por partes, porque esta pregunta tiene más capas que una cebolla. Primero, te explico qué pasa a nivel legal en España si estás de baja por ansiedad, y después entramos en terreno psicológico y práctico.
1. ¿Puedo viajar si estoy de baja por ansiedad según la ley española?
Legalmente, sí puedes viajar mientras estás de baja médica por ansiedad, incluso si tienes un diagnóstico de agorafobia. Eso sí, hay matices importantes:
- El viaje no debe interferir con tu proceso de recuperación.
- Debes poder justificar que el viaje es coherente con tu tratamiento (por ejemplo, si el objetivo es reducir el aislamiento o visitar a un familiar de apoyo).
- Es recomendable informar a tu médico de cabecera o al psiquiatra que te lleva el seguimiento. Así, si la Seguridad Social o la mutua revisan tu caso, tendrás un respaldo profesional.
Piensa en esto como una baja por una pierna rota: si el médico te dice que caminar despacio ayuda a tu recuperación, podrías irte unos días a una casa tranquila en la montaña. Con la ansiedad pasa algo parecido.
2. ¿Se puede viajar con agorafobia desde el punto de vista psicológico?
Aquí la respuesta es más emocional. Y sí, se puede viajar con agorafobia, pero no desde la expectativa de «lo voy a hacer todo perfecto». Se viaja con agorafobia desde la aceptación y la preparación.
Viajar con este tipo de ansiedad no significa irse de mochilero por el sudeste asiático. A veces, salir al pueblo de al lado ya es una victoria. Es como ir al gimnasio con agujetas: sabes que vas a sentir molestias, pero también sabes que es parte del fortalecimiento.
Cada paso que das fuera de tu zona de confort, por pequeño que sea, es una inversión en tu recuperación. El objetivo no es evitar la ansiedad, sino aprender a convivir con ella y que no decida por ti.
3. Consejos prácticos para viajar con agorafobia
Ahora viene la parte más útil: ¿cómo prepararte para un viaje si convives con la agorafobia?
Antes del viaje:
- Planifica con cariño, no con obsesión. Saber a dónde vas, cómo llegar y qué vas a hacer te da seguridad. Pero cuidado: no caigas en la trampa de querer controlarlo TODO.
- Habla con tu terapeuta. Puedes ensayar juntos algunos escenarios. El «¿Y si me da ansiedad en el tren?» se convierte en «¿Y si me da ansiedad y sé cómo gestionarla?».
- Empieza por viajes cortos y progresivos. Como cuando entrenas para correr una maratón. No empiezas con 42 km, sino con 2 o 3.
Durante el viaje:
- Lleva contigo tus recursos de emergencia: agua, chicle, música, una libreta para anotar pensamientos, audios de relajación, etc. Es tu botiquín emocional.
- Infórmate sobre zonas de descanso o salidas de emergencia. No porque vayas a usarlas, sino porque saber que están ahí te da paz mental.
- No luches contra la ansiedad. Obsérvala. Dile: «Hola, ya sé que estás aquí. Puedes venir conmigo, pero yo decido a dónde vamos».
En lugares específicos:
- Transporte público: Si te agobia estar encerrado, siéntate cerca de la salida y viaja en horas valle (cuando hay menos gente).
- Hoteles o alojamientos: Elige lugares con buena ventilación, ventanas abiertas y zonas comunes tranquilas.
- Eventos o multitudes: Lleva auriculares o gafas de sol para reducir la sobreestimulación. Y recuerda: puedes salir en cualquier momento si lo necesitas.
Un último empujón para tu mochila emocional
Viajar con agorafobia es como subir una colina con piedras en la mochila. Pero cada paso que das, por pequeño que sea, quita una piedra de ese peso.
No se trata de no tener miedo, sino de no dejar que el miedo decida por ti. Así que si estás leyendo esto pensando en hacer un viaje, aunque sea corto, ya has dado el primer paso.
Y créeme, el segundo es un poquito más fácil. Es empezar a trabajar la agorafobia de forma consistente, fuera de un viaje o una salida puntual. Si necesitas a un psicólogo especialista en agorafobia que pueda programarte un tratamiento para rebajar la ansiedad, ¡puedes mandarme un mensaje por whatsapp contándome tu caso!