¿Es malo no querer salir de casa? Cómo romper con la evitación y vencer la ansiedad
David Brossa
- Contenido actualizado en
Te levantas por la mañana, miras por la ventana y piensas: «Hoy tampoco salgo». No es que te sientas mal en casa. Al contrario, ahí todo está bajo control. Pero en cuanto imaginas salir… algo se encoge dentro de ti. Te agobias, empiezas a buscar excusas y decides quedarte.
Si esto te suena, quiero decirte algo importante: no estás solo. Muchas personas experimentan esta misma sensación. Pero también quiero que sepas que evitar salir no es inofensivo. A corto plazo, parece un alivio, pero a largo plazo, te encierra en una jaula invisible.
Hoy te voy a explicar por qué es peligroso evitar salir, cómo funciona la conducta evitativa y, lo más importante, qué puedes hacer para recuperar el control.
La trampa de la evitación: ¿Por qué quedarte en casa no es la solución?
Cuando evitas salir porque sientes ansiedad, tu cerebro recibe un mensaje muy claro:
«Menos mal que me quedé en casa, si no, algo terrible habría pasado.»
Este pensamiento refuerza el miedo. La próxima vez que pienses en salir, la ansiedad será mayor… y tu impulso de evitar, más fuerte. Es un círculo vicioso.
A corto plazo, evitar parece la mejor opción. Pero con el tiempo, la lista de cosas que “no puedes hacer” se va haciendo más larga. Primero dejas de ir al supermercado, luego a reuniones con amigos, y un día te das cuenta de que salir a la calle se ha convertido en un reto imposible.
¿Qué pasa en tu cerebro cuando evitas las situaciones que te provocan ansiedad?
Tu cerebro tiene un sistema de alarma llamado amígdala, que se activa cuando percibe peligro. Si cada vez que sientes ansiedad evitas la situación, la amígdala entiende que esa situación es peligrosa.
Pero aquí viene lo importante: esa alarma está mal calibrada. No es la realidad la que da miedo, sino la interpretación que haces de ella.
La buena noticia es que el cerebro también aprende cuando le demuestras que no hay peligro real. Y ahí es donde entran en juego las estrategias para romper la evitación.
¿Cómo empezar a salir sin que la ansiedad te domine?
Aquí no hay soluciones mágicas, pero sí pautas que funcionan. Lo clave es reentrenar tu cerebro poco a poco.
1. No esperes a “sentirte preparado”
Si esperas el día en que salir no te genere ansiedad, ese día no llegará. El miedo solo baja cuando te enfrentas a él y compruebas que no pasa nada.
Piensa en el agua fría de una piscina. Si metes un pie y sales corriendo, el agua siempre estará fría. Pero si entras poco a poco, te acostumbras.
2. Empieza por pequeños retos
No necesitas irte de golpe a un centro comercial abarrotado. Busca situaciones intermedias. Por ejemplo:
- Salir al balcón o la puerta de casa.
- Caminar una calle y volver.
- Ir a comprar algo pequeño en una tienda cercana.
Cada pequeño logro cuenta.
3. Deja de luchar contra la ansiedad
El error más común es intentar que la ansiedad desaparezca antes de hacer algo. Pero la ansiedad no se “vence” luchando contra ella, se atraviesa.
Imagínala como una ola en el mar. Si intentas detenerla, te derriba. Pero si te dejas llevar y sigues nadando, pasará.
Cuando salgas y sientas ansiedad, no huyas. Quédate en la situación el tiempo suficiente para ver que la sensación sube… y luego baja. Ese es el truco para reentrenar a tu cerebro.
4. Enfócate en el “después”
Haz este experimento: cada vez que te enfrentes a una situación que sueles evitar, apunta cómo te sientes después.
El 99% de las veces, te darás cuenta de que no fue tan terrible como pensabas. Y cuando acumules pruebas de que puedes manejarlo, tu confianza crecerá.
Salir de casa no es la meta ¡Es la única forma de recuperar tu vida!
No se trata solo de salir. Se trata de recuperar la libertad de hacer lo que quieras, cuando quieras.
Si ahora te cuesta, no te castigues. Es normal. Pero recuerda que cada pequeño paso cuenta. Y aunque hoy solo salgas un minuto, es un minuto más de libertad que ayer no tenías.
Si necesitas apoyo en este proceso, estás en el lugar adecuado, soy psicólogo especializado en agorafobia. Trabajemos juntos para que volver a salir no sea un problema, sino una elección.
¿Te animas a empezar a salir hoy?
Si quieres empezar hoy mismo, puedes hacer lo siguiente:
- Elige un mini retopara hoy (aunque sea abrir la puerta de casa).
- Recuerda que la ansiedad no es un enemigo, sino una reacción que puedes reentrenar.
- Celebra cada paso(por pequeño que sea).
El cambio empieza cuando decides dar el primer paso. ¿Cuál será el tuyo hoy?