Cómo se siente tener agorafobia

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David Brossa

Soy David, psicólogo especializado en ansiedad y apasionado de la psicología. Llevo más de 4 años ayudando a pacientes distintos tipos de trastornos de ansiedad, colaborando con entidades como Cruz Roja, hospitales comarcales y centros médicos. Dedico mucho esfuerzo a que mi terapia responda a las necesidades reales que todos nos podemos encontrar en nuestro día a día. Leyendo mi blog podrás encontrar guías sobre lo que te está sucediendo y crear las herramientas para solucionar tu malestar!

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por el miedo intenso a situaciones o lugares donde escapar podría ser difícil o embarazoso, o donde no se podría recibir ayuda en caso de un ataque de pánico. Este trastorno puede ser devastador, afectando no solo la vida diaria de quienes lo padecen, sino también sus relaciones sociales y familiares. En este artículo, exploraremos las emociones, pensamientos y sensaciones físicas que experimentan las personas con agorafobia, así como su impacto en la conducta y las relaciones interpersonales.

Emociones y pensamientos que se sienten con la agorafobia

Las personas que sufren de agorafobia a menudo experimentan una montaña rusa emocional. El miedo es la emoción predominante, y puede manifestarse de diversas maneras. Una de mis pacientes, Sara, mujer de 52 años, comenzó a sentir un miedo abrumador al salir de su casa después de haber tenido un ataque de pánico en el tren mientras volvia del trabajo. Desde entonces, cada vez que se enfrenta a la idea de salir, su corazón comienza a latir más rápido, su respiración se acelera y una sensación de terror la invade. Este miedo no solo es a los donde se siente encerrada, sino también a espacios abiertos donde hay mucha gente como plazas, estadios, conciertos…

Los pensamientos catastróficos son comunes en quienes padecen agorafobia. Juan, un hombre de 35 años, describe cómo su mente se llena de imágenes aterradoras cada vez que considera salir. «Pienso que si salgo, tendré otro ataque de pánico y no podré volver a casa. Me imagino desmayándome en la calle, rodeado de extraños que no saben cómo ayudarme», comparte. Este ciclo de pensamientos negativos puede ser paralizante y, a menudo, lleva a la evitación de situaciones que podrían desencadenar estos sentimientos.

Sensaciones físicas que deben afrontar las personas con agorafobia

Las sensaciones físicas que acompañan a la agorafobia son intensas y pueden ser difíciles de manejar. Muchas personas experimentan síntomas similares a los de un ataque de pánico, como palpitaciones, sudoración, temblores y mareos. Laura, una madre de dos hijos, recuerda cómo, al intentar llevar a sus hijos al parque, comenzó a sentir que su pecho se apretaba y que no podía respirar. «Era como si una mano invisible me estuviera aplastando el pecho. No podía pensar con claridad y solo quería volver a casa», relata.

Estas sensaciones físicas no solo son incómodas, sino que también alimentan el ciclo de ansiedad. Cuando una persona experimenta estos síntomas, puede asociarlos con la situación en la que se encuentra, lo que refuerza su miedo y la lleva a evitar esas situaciones en el futuro. Este patrón puede llevar a un aislamiento progresivo, donde la persona se siente cada vez más atrapada en su propia casa.

Cómo tener agorafobia impacta en nuestra conducta

 La agorafobia puede tener un impacto brutal en la conducta de una persona. La evitación se convierte en una estrategia de afrontamiento, lo que significa que la persona comienza a evitar no solo los lugares que le causan ansiedad, sino también actividades cotidianas. Por ejemplo, Martina, una estudiante universitaria, comenzó a faltar a clases porque le resultaba abrumador estar en un aula llena de compañeros. «Al principio pensé que solo era un día difícil, pero luego me di cuenta de que se me caía el mundo con la idea de estar rodeada de tanta gente», explica.

Este comportamiento de evitación puede llevar a una disminución en la calidad de vida. Las personas con agorafobia pueden perder oportunidades laborales, educativas y sociales. La vida se convierte en un ciclo de miedo y aislamiento, donde cada vez es más difícil salir de la zona de confort.

¿Cómo la agorafobia afecta las relaciones sociales cercanas?

Las relaciones sociales también se ven profundamente afectadas por la agorafobia. Las personas que padecen este trastorno a menudo se sienten incomprendidas por sus amigos y familiares. La falta de comprensión puede llevar a la frustración y al resentimiento. Por ejemplo, Ana, una mujer de 40 años, se siente culpable por no poder asistir a las reuniones familiares. «Mis padres no entienden por qué no puedo simplemente salir de casa. A veces siento que los decepciono», confiesa.

La agorafobia puede crear una brecha entre la persona afectada y sus seres queridos. Las amistades pueden debilitarse, ya que las personas con agorafobia a menudo se sienten incapaces de participar en actividades sociales. Esto puede llevar a un sentimiento de soledad y aislamiento, lo que a su vez puede agravar la ansiedad.

Otras historias de casos reales

  • La historia de Sofía: Sofía es una joven de 34 años que siempre fue extrovertida y disfrutaba de salir con amigos. Sin embargo, después de experimentar un ataque de pánico en una discoteca, comenzó a evitar eventos sociales. A medida que pasaba el tiempo, su círculo de amigos se fue reduciendo, y se sintió cada vez más sola. La ansiedad la llevó a dejar de trabajar, y ahora pasa la mayor parte de su tiempo en casa, sintiéndose atrapada en una jaula invisible.
  • La historia de Roberta: Roberta, una mujer de 50 años, comenzó a desarrollar agorafobia después de sentir mucha ansiedad viajando en un atobús. A pesar de que nunca sufrió un ataque de pánico, tenía miedo de sufrir uno. No le dio importancia, pro al cabo de unos meses, empezó a evitar ir a ver los partidos de fútbol de sus hijos, también sólo compraba en supermercados pequeños de la misma calle y no sabía si sería capaz de coger el vuelo que tenían programado para las vacaciones familiares de verano. Sus hijos intentaron ayudarla, pero ella se sentía incapaz de enfrentar el mundo exterior. La culpa se apoderó de ella, y cada vez se sentía más incapaz de hacer vida normal.

Lo peor de todo: La profunda sensación de incomprensión

Por desgracia muchas personas que padecen agorafobia, se enfrentan al gran reto de expresar aquello que sienten a las personas de su alrededor. No sólo eso, si no también las reacciones de incomprensión por parte de personas cercanas como parejas, hijos, jefes y amistades. 

 

Todo esto se hace una montaña cuando a veces ni siquiera puedes entenderte a tí misma y saber qué le esta sucediendo a tu cerebro. Y lo expreso en femenino y pongo sobretodo casos de mujeres no por casualidad, si no porque la agorafobia afecta principalmente a mujeres, sobretodo de mediana edad. Déjame decirte algo, independientemente de tu género, edad o tu historia, no estás sólo. Muchas personas padecen agorafobia aunque son pocas las que obtienen un diagnóstico y lo tratan con un psicólogo realmente especializado en agorafobia.

 

Si necesitas alguien que escuche tu historia y te ayude a ponerle remedio, estoy aquí, ¡sólo debes mandarme un whatsapp!

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David Brossa Psicólogo
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